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Steve McCurry es uno de los grandes fotógrafos de nuestra historia. National Geographic o Magnum, no son medios cual Instagram se tratara.

He leído muchos artículos (La caída de Steve McCurry) sobre la manipulación a la que ha sometido a algunas de sus imágenes. Estoy de acuerdo que ha cometido un error, no sé si por él o por uno de sus colaboradores; él, como máximo responsable de su obra, ha de ser consciente del trabajo final. Hasta aquí de acuerdo. No es ilegítimo el uso de Photoshop, grandes fotógrafos lo usan habitualmente, David Lachapelle, Annie Leibovitz, etc, claro está que ellos hacen mención del uso de esta herramienta de edición de imágenes. Steve McCurry, como uno de los grandes fotógrafos documentales de la historia, debería haber hecho mención de ello.

Con todo esto estoy de acuerdo. Lo que me parece demencial, es juzgar todo su trabajo, y poner en duda su capacidad por este lamentable hecho. La imagen que encabeza este blog, «La joven afgana«, es uno de los iconos del siglo XX; y como esta imagen, gran parte del trabajo de este fotógrafo ha sido realizado en analógico, también es cierto que también se podía manipular, pero dudo mucho que los editores gráficos de los medios con los que colabora, hubieran permitido dicha manipulación.

Poner en duda la calidad del trabajo de una persona por un error, es otro error. Somos muy dados a derribar iconos; un día lo tenemos en un altar, y al día siguiente lo arrastramos por el fango. ¿Hay que criticar esta falsedad? Sí. ¿Hay que ahorcar todo el trabajo por este hecho? No.

Seamos lógicos por favor.